sábado, 3 de mayo de 2008

Etapa 6. Jueves 1 de mayo de 2008. Villafranca del Bierzo-Samos









Como es normal, salimos los últimos del albergue. Julio ha tenido que hacer y deshacer las alforjas dos veces después de haber esparcido todo en tres literas.

Está muy bien, porque coincidimos con las canarias y con la hospitalera, que sube a la habitación a decirnos que nos demos aire. Pide a Julio que abra la ventana y para que no se caiga le agarra del culo. Éste le dice no se que coña y Sofía, la hospitalera, se parte de risa.

Abajo les pedimos que se fotografíen con nosotros y la hospitalera le dice a uno que pasaba por ahí, conocido de toda la vida, ¡eh maricón, haznos una foto!. El otro coge la cámara y nosotros nos agarramos a las canarias. No se que hace pero no le da al botón y hay que repetirla. "No importa, así agarramos un poco más", le digo. Cuando va a hacer la foto, decimos "cli-to-ris" y las canarias se ríen a mandíbula batiente.

Nos dan su correo electrónico y una de ellas tiene el número 69 en el nombre. Juan empieza a hacer gestos como si le diera un tic nervioso. Las chicas ya no pueden más. Se van a mear allí mismo. Nos vamos a desayunar.

Más adelante las encontramos de nuevo y nos entretenemos otros 5 minutos con ellas. Llegamos a Pereje y al sellar nos enseñan el albergue, que parece el de "Blancanieves y los siete enanitos", dice Juan. Todo camas, con colchas... muy bien.

Tiramos hacia O'Cebreiro por la Faba, pero por la carretera en vez de por la ruta trialera. No puedo más. La subida es para poner la primera en un coche. En bici y con 15 kg de peso es un matahombres.

El caso es que llegamos y mejor de lo que creía, aunque el último km lo hago a pie. En Laguna de Castilla, paramos. Llego el último. Estos son unas malas bestias. Pedimos algo de comer y beber. El paisaje una maravilla. Subimos otro poco hasta O'Cebreiro y salvo las fotografías y el sello, no paramos a otra cosa.

Bajamos a comer a Fonfría, en donde nos pone un cuenco de chucho con uno de los mejores potes gallegos que hemos comido. Seguimos a Triacastela en donde coincidimos con Mª José, Arancha, Nacho, Ana, Pablo y Anita, las partes contrarias de las partes contratantes de Juan y Julio, que venían de Madrid.

Quedamos en Samos a cenar. Allí nos dirigimos a hospedarnos en el albergue del monasterio del mismo nombre. Un poco mejor que el de Burgos, pero no mucho más. De momento encontramos que no hay agua caliente para las duchas. En estas condiciones yo dimito.

Aquí detectamos unos 15 tipos de ronquidos diferentes. Juan parece una locomotora y un sevillano dice "como siga esto así, pido la cuenta y me voy".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he reído mucho, chache. Se te ve feliz en la foto de grupo. Ana