Amanece en León un día nuboso. Me encuentro más raro que un gitano haciendo footing. No me pongo totalmente de largo y los primeros km. son de pasar frío hasta que paro a pertrecharme. El señor del gen Zugasti y Julio van de corto como unos hombres.
Anamari, vas a tener que ampliarle el Bono-Camino a tu señor esposo. Tenemos el record de preparación de las pertenencias en una hora y veinte minutos. Julio tiene que esparramar todo en dos o tres camas, sacarle el aire a las bolsas y recolocarlo todo. A ver si en los próximos Caminos le ganamos algo de tiempo a la salida. Propongo que las próximas bolsas que compre en los chinos tengan salida automática del aire, y cierre por blue-tooth, conectado a la Black-Berry o similar, para ahorrarnos un poco de tiempo.
Ahora, que es por la mañana en Rabanal del Camino, según está colocando las mochilas, ha empezado a recontracagarse en todo con tanto entusiasmo que se ha ido al servicio echando leches.
El día de ayer fue muy duro. Hicimos 55 km. hasta Castrillo de los Polvazares, porque lo del cocido maragato era sagrado. Nos dieron de comer por caridad, y por la pasta claro, pero es que eran las 15:40 cuando llegamos al sitio después de sellar en todo bar, albergue y cuantos lugares hay que tengan sello. No digo más que hemos tenido que comprar otra credencial. Estos se creen que además de la Compostela, por llevar otra credencial vamos a entrar en el sorteo de una wii o nos van a regalar una muñeca chochona.
Como decía, los últimos 20 km, después de Castrillo (que si comemos un poco más tendrían que cambiar el nombre como Castrillo de los potares), fueron un infierno. Empezó a llover y hacía frío porque la lluvia era agua-nieve. Cuando llegamos al albergue fui incapaz de colocar la bici.
Hoy me ha confirmado la hospitalera, después de dos frenadoles, que lo mío no es costipado, es un empacho del quince.
Anoche nos fuimos Julio y yo a la misa cantada en gregoriano por dos monjes en una iglesia que tiene pinta de ser del siglo XII. Curioso. El Sr. Zugasti estaba actualizando su blog, que lo tenía desatendido. Hacía un frío del carajo. Menos mal que a las 22:20 estaba dentro del saco y a las 22:21 estaba roncando como un bendito.
Anamari, vas a tener que ampliarle el Bono-Camino a tu señor esposo. Tenemos el record de preparación de las pertenencias en una hora y veinte minutos. Julio tiene que esparramar todo en dos o tres camas, sacarle el aire a las bolsas y recolocarlo todo. A ver si en los próximos Caminos le ganamos algo de tiempo a la salida. Propongo que las próximas bolsas que compre en los chinos tengan salida automática del aire, y cierre por blue-tooth, conectado a la Black-Berry o similar, para ahorrarnos un poco de tiempo.
Ahora, que es por la mañana en Rabanal del Camino, según está colocando las mochilas, ha empezado a recontracagarse en todo con tanto entusiasmo que se ha ido al servicio echando leches.
El día de ayer fue muy duro. Hicimos 55 km. hasta Castrillo de los Polvazares, porque lo del cocido maragato era sagrado. Nos dieron de comer por caridad, y por la pasta claro, pero es que eran las 15:40 cuando llegamos al sitio después de sellar en todo bar, albergue y cuantos lugares hay que tengan sello. No digo más que hemos tenido que comprar otra credencial. Estos se creen que además de la Compostela, por llevar otra credencial vamos a entrar en el sorteo de una wii o nos van a regalar una muñeca chochona.
Como decía, los últimos 20 km, después de Castrillo (que si comemos un poco más tendrían que cambiar el nombre como Castrillo de los potares), fueron un infierno. Empezó a llover y hacía frío porque la lluvia era agua-nieve. Cuando llegamos al albergue fui incapaz de colocar la bici.
Hoy me ha confirmado la hospitalera, después de dos frenadoles, que lo mío no es costipado, es un empacho del quince.
Anoche nos fuimos Julio y yo a la misa cantada en gregoriano por dos monjes en una iglesia que tiene pinta de ser del siglo XII. Curioso. El Sr. Zugasti estaba actualizando su blog, que lo tenía desatendido. Hacía un frío del carajo. Menos mal que a las 22:20 estaba dentro del saco y a las 22:21 estaba roncando como un bendito.