













Según nos levantamos, nos saluda la lluvia. Nos vamos lloviendo y no tenemos otra cosa que lluvia, viento en contra y temperaturas que no pasan de los 10º ni aunque empujemos el termómetro (con lo que la sensación térmica es parecida a la de Moscú, cero grados, o sea, ni frío ni calor). Como uno es optimista, se echa crema solar por la mañana, pero hoy me he debido tocar el ojo y ha empezado a picarme de tal forma que no veía a más de 20 metros de distancia. Me quito las gafas y me atiza el agua en toda la cara.
Bien, el caso es que hemos penado hasta las 15:00 que ha dejado de llover. Hemos parado en un bar para cambiarnos de camiseta, calcetines, meter periódicos en las zapatillas para quitar la humedad (estaba todo empapado) y comer algo ligero.
A partir de ahí, hemos tomado el Camino, en vez de seguir por carretera y ha sido la alegría del día porque, aparte de dejar de llover, el paisaje ha sido maravilloso. Al final hemos llegado a Lugo con un par de horas de antelación sobre los días anteriores y después de esta crónica nos vamos a poner como el quico con el pulpo local, joder, que nos lo hemos ganado.
Bien, el caso es que hemos penado hasta las 15:00 que ha dejado de llover. Hemos parado en un bar para cambiarnos de camiseta, calcetines, meter periódicos en las zapatillas para quitar la humedad (estaba todo empapado) y comer algo ligero.
A partir de ahí, hemos tomado el Camino, en vez de seguir por carretera y ha sido la alegría del día porque, aparte de dejar de llover, el paisaje ha sido maravilloso. Al final hemos llegado a Lugo con un par de horas de antelación sobre los días anteriores y después de esta crónica nos vamos a poner como el quico con el pulpo local, joder, que nos lo hemos ganado.