Juan recoge a Julio para ir a por la furgoneta. Dejamos la pensión San Pelayo (no ir, no ir, no ir. Repito: no ir a esa pensión) y nos encontramos a dos peregrinos. Van a Finisterre. Nos ponen los dientes largossss. Cuatro días más y hacemos ida y vuelta. En Muxía hay unas rocas mágicas. Hay que hacerlo un año de estos.
En fin, solo nos queda ir a la misa del peregrino, a la que llegamos tarde..., a darle un abrazo al santo y pedirle por muchas personas a las que queremos. Este año me entretengo más.
Nos volvemos a Madrid en un viaje sin retenciones y con alegría por haber terminado sin incidentes y con tristeza precisamente por eso, por haberlo acabado.
Cuando llegamos a Madrid, nos espera una gran sorpresa. El resto de la familia Zugasti que no ha ido a Santiago nos ha preparado unas medallas. Nos las colocan y nos hacemos fotos. Esta familia es espectacular. Tenemos ganas de llegar a casa a descansar, que al día siguiente toca ir al curro.
Porque nos pagan, si no iba a ir la madre del topo (topota madre)
En fin, solo nos queda ir a la misa del peregrino, a la que llegamos tarde..., a darle un abrazo al santo y pedirle por muchas personas a las que queremos. Este año me entretengo más.
Nos volvemos a Madrid en un viaje sin retenciones y con alegría por haber terminado sin incidentes y con tristeza precisamente por eso, por haberlo acabado.
Cuando llegamos a Madrid, nos espera una gran sorpresa. El resto de la familia Zugasti que no ha ido a Santiago nos ha preparado unas medallas. Nos las colocan y nos hacemos fotos. Esta familia es espectacular. Tenemos ganas de llegar a casa a descansar, que al día siguiente toca ir al curro.
Porque nos pagan, si no iba a ir la madre del topo (topota madre)
2 comentarios:
Suscribo al pie de la letra lo de que "Porque nos pagan, si no, iba a ir la madre del topo...".
Aunque la ilusión de preparar algo "mesejante" para el año que viene, no va a faltar.
Julio C.
UUoooohhh!!! Somos espectaculares por unas medeallas hechas con servillets de colores!!! Jeje.
La intención era daros la enhorabuena por el duro Camino en el momento de la llegada a Madrid, dado que las circistancias hicieron imposible nuestra presencia en Santiago.
Me alegra que te gustaran y que te acordaras de comentarlo en el blog, hecho que te agradezco tanto como que creas que un acto tan sencillo es a la vez tan grandioso.
Un besazo,
María.
P.d.: se te echó de menos cuando nos comimos la súper fabada de Juan viendo las fotos de tus compañeros de viaje.
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