Cizur Menor a Los Arcos
Después de desayunar en Cizur, nos dicen que vayamos rodeando el Alto del Perdón por Campanas, que si tal como está el día (lloviendo), vamos por el puerto, entramos pero no salimos. Javier tiene que aguantarse, su gozo en un pozo, porque le habían encargado desde el curro (trabajan juntos Javier y David) que despeñase a David en lo más alto...¡y como en el Alto del Perdón se perdona todo...!
Hacemos caso. Llueve todo el camino. Nos calamos hasta los huesos. En cualquier curva esperamos que aparezca Noé y su arca. Lo estámos pasando fatal. Llegamos a Puente la Reina y no vemos el puente del frío y el agua que llevamos encima. Entramos en un café y pedimos 3 chocolates y los utilizamos para calentarnos, antes de beberlos.
Es un pueblo precioso y no podemos verlo por las condiciones lamentables que llevamos. Los del albergue de los padres nosequé no nos abren ni para secarnos, falta un cuarto de hora, dicen. Javier se enfada por el detalle tan feo.
Salimos hacia Estella. Comemos, nos colocamos todo otra vez mojado, vemos un poco el pueblo y nos vamos hacia "Los Arcos" para dormir allí. 18 km de subidas y bajadas nos dejan para el arrastre y encima se rompe la caldera justo cuando vamos a ducharnos. Más agua fría ni de coña.
Dormimos en una buhardilla, 3 colchones tirados en el suelo. La ventana tiene un cierre de lujo: un aislante que se dejó un peregrino hace tres veranos por lo menos.
Hacemos caso. Llueve todo el camino. Nos calamos hasta los huesos. En cualquier curva esperamos que aparezca Noé y su arca. Lo estámos pasando fatal. Llegamos a Puente la Reina y no vemos el puente del frío y el agua que llevamos encima. Entramos en un café y pedimos 3 chocolates y los utilizamos para calentarnos, antes de beberlos.
Es un pueblo precioso y no podemos verlo por las condiciones lamentables que llevamos. Los del albergue de los padres nosequé no nos abren ni para secarnos, falta un cuarto de hora, dicen. Javier se enfada por el detalle tan feo.
Salimos hacia Estella. Comemos, nos colocamos todo otra vez mojado, vemos un poco el pueblo y nos vamos hacia "Los Arcos" para dormir allí. 18 km de subidas y bajadas nos dejan para el arrastre y encima se rompe la caldera justo cuando vamos a ducharnos. Más agua fría ni de coña.
Dormimos en una buhardilla, 3 colchones tirados en el suelo. La ventana tiene un cierre de lujo: un aislante que se dejó un peregrino hace tres veranos por lo menos.
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